Venecia: muchos canales, mucha agua, mucho comercio marítimo… y muchas ratas. No es de extrañar que los gatos allí sean tan queridos por los habitantes. Las máscaras de gato tienen su origen en el disfraz de Gnaga, una especie de travestis venecianos medievales que, cómo no, usaban una máscara de media cara. El nombre viene del tono agudo que usaban para hablar, supuestamente similar al maullido de un gato (gnao, en italiano antiguo). Aunque antes las usaban sólo los gays se han convertido en uno de los modelos más vendidos.
Este fue nuestro primer modelo y claro, como amantes de los animales que somos, no pudimos parar ahí. A las máscaras de gato hemos sumado máscaras de pico, de cerdito, de conejo y… vete a saber cómo acabará la cosa.
¿Se te ocurre alguna mascara de animal más que quieras tener? Pídenosla y te la hacemos.
Puedes leer aquí la historia completa de las máscaras de gato.