En el siglo XIII la iglesia dictaminó que el manto de la virgen debía de ser del color más caro que existía el azul ultramar o Sacré bleu.
El precio de la pintura se debía a que para su obtención se utilizaba lapislázuli molturado (una costosa piedra semipreciosa que se exportaba de Asia).
Afortunadamente los medios de obtención de los pigmentos han variado y podemos disfrutar de este precioso color a un precio más asequible.
En las representaciones teatrales venecianas los actores solían usar máscaras. Estas máscaras, que eran características de cada uno de los personajes clásicos, se completaban generalmente con un disfraz específico.
Esto permitía a los espectadores reconocer rápida y fácilmente a los personajes que solían repetirse de una comedia a otra.