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Máscara gato negro

Gato Sabbath Emily the strange

La máscara del gatito rebelde de Emily the Strange

Sabbath, el de la cicatriz en la oreja

Es rebelde y duro. Tiene una pequeña cicatriz en la oreja derecha, dos dedos sobrantes y un bigote doblado como si fuera un rayo. Es el más joven de la pandilla. Igual que Sabbath, esta máscara tiene una textura más tosca y peluda.

Si es que... parece que me gusta el número 13

Como haría Emily os damos 13 buenas razones para no dejar escapar estas máscaras:

1. Los gatos negros son lo más

2. Hechas a mano ¿qué más se puede pedir?

3. Los gatos nunca hacen lo que quieres, las mascaras sí.

Yo sé que soy extraña pero ¿qué eres tú?

El personaje de Emily surgió de los pinceles de Nathan Carrico en 1991 como ilustración en una tabla de skate.

Un colega de Nathan, Rob Reger tenía junto un socio, Matt Reed una tienda de comic (Cosmic Debris) y decidieron utilizar a la pequeña Emily para promocionarla, poco después sacaran una linea de merchandaising a la que siguieron varios comics y finalmente una serie de novelas gráficas.

La creencia de que los gatos negros dan mala suerte es algo relativamente reciente ya que sólo se remonta a la edad media cuando el fanatismo religioso y la persecución de las brujas alcanzo su punto álgido.

Cuenta la leyenda que, una noche,  iban un padre y un hijo caminando cuando se cruzaron con un gato negro. No muy comprometidos con el respeto a los animales decidieron darle caza y matarlo a pedradas. No se sabe como el gato que se había refugiado en un hueco de una muralla consiguió escapar y refugiarse en casa de una anciana acusada de brujería. Se dice que a la mañana siguiente la anciana salio de su casa cojeando y magullada prueba inequívoca de que el gato era ella, que ella era una bruja, que las brujas podían transformarse en un gato negro y que por tanto todos los gatos negros eran brujas. Toma ahí silogismo de los buenos.

A partir de ese momento los comprometidos ciudadanos, además de entregar brujas se dedicaban a cazar y torturar gatos (en su mayoría negros) para luego cortarles la cabeza y quemarlos en la hoguera.

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