El disfraz más inquietante para Halloween: Médico de la peste

¿Harto de niñatos con los ojos más negros que tu hermana pequeña en nochevieja, borrachos que parecen más zombis cualquier otra noche y pornobrujitas/gatitas/fantasmitas?
Halloween es una fiesta divertidísima, y más aún si sales con toda la farándula. Pero sabemos que no es fácil. Encontrar un disfraz que sea terrorífico, puedas moverte y no se vea malaje , todo ello sin que se te desarme a mitad de la noche es complicado.
Puedes hacerte un cacho disfraz, emplastarte la cara y salir incluso en camisón o colgarte una máscara. De entre las muchas opciones hoy te mostramos un disfraz que seguro has visto poco:
El Médico de la peste
Ya hablamos de los médicos de la peste con anterioridad. Es uno de los personajes medievales más inquietantes que existieron en la vida real.
Encargados de tratar a los enfermos de peste bubónica durante siglos, este atuendo se perfeccionó durante el s. XVII para evitar ser contagiados por ellos. ¿Se os ocurre un disfraz más apropiado, ahora que el Ébola ha entrado en nuestro país?
Vamos al meollo:
Necesitarás
- Una túnica negra o pardusca. Imprescindible que no sea de raso ni ninguna otra tela brillante. Lo más barato es pedírsela prestada a algún amigo que salga como penitente en Semana Santa.
- Un pañuelo negro liso bien grande.
- Un bastón de madera. Si no encuentras ninguno que de el pego, asómate al primer descampao con árboles que veas y hazte con alguna rama grande muerta. Lo que sea menos gastarte 3 euros en un bastón cutre de plástico. Eso no, por favor.
- Unos guantes grandes negros. Puedes encontrar guantes de protección química en algunos chinos por unos 2 euros. Lo ideal es que sean largos para que te puedas meter las mangas por dentro, pero si no encuentras ningunos te puedes apañar con los típicos guantes de cuero, seguro que algunos tienes por casa.
- Un sombrero de ala ancha. Los del Zorro vienen estupendamente y son baratos.
- Tres correas oscuras. Puedes sustituir una de ellas por algún bolso de cuero pequeño, tipo mariconera, que dé el pego.
- Zapatos oscuros.
- Lo más importante: una máscara del Doctor de la peste.
Trucos para disfrazarte
- Si tu túnica tiene botones blancos o negros estupendo, pero si son de un color cantoso dóblala al pillarla con el cinturón de manera que se tapen.
- No se te puede ver el cuello. Ponte el pañuelo como si fueras un nómada del desierto, dejándote al aire sólo ojos, nariz y boca. La barbilla sí, tápala.
- No creemos que los doctores de la peste llevaran jeringas pero es un elemento que se ha ido añadiendo en iconografías más modernas (cof Assasin’s creed cof) y ya sabemos lo que puede dar de sí una jeringa para inyectar calimocho a chorro. Las de repostería -sin la boquilla- tienen un aire retro perfecto, y dan para un buen trago. No es que lo hayamos comprobado ni nada de eso. Llénala de caramelos o úsala como pistola de gintonic.
- Lo mismo sucede con la cartera. Tooooodas las madres tienen bolsitas de estas de las joyas. Pídele un par para colgártelas del cinturón. Puedes usar una para las golosinas que después echarás en los cubatas y otra para el dinero y las llaves. (Y otra para clínex y tampax, otra para el tabaco… aquí ya cada uno que les dé el uso que quiera).
- Usa un cinturón en su sitio y déjate caer el otro por la cadera, o crúzatelo en el pecho, como más te guste. Cuelga de él las bolsitas, jeringas y demás.
Facil, ¿eh? No habrá virus de ninguna clase que te contagie este Halloween.
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